Para nadie es un secreto
que la moda se caracteriza por estereotipos de chicas jóvenes, altas y
extremadamente delgadas, con rostros de porcelana que evocan perfección en todo
momento. Pero a medida que pasan los años son más las críticas que recibe la
industria de la moda por promover una imagen poco realista y antinatural.
Se sabe de muchas
agencias que le piden a las modelos bajar de peso para ser “aptas” para una
determinada campaña o pasarela, aunque esto signifique daños en la salud física
y psicológica de la modelo.
Existen testimonios sobre
el tema y ha surgido una oleada de regulaciones legales en algunos países, como
el Reino Unido, para intentar censurar este tipo de comportamiento.
Si bien está claro que
cada vez vemos más modelos con “curvas” en las pasarelas, como Gigi Hadid; y que existe
el movimiento de “modelos de tallas
grandes”. Estas modelos no cuenta con la
misma aceptación de la industria de las grandes marcas y del público, a diferencia de las modelos súper delgadas que siguen caracterizando a la moda.
Claramente hay un
problema a tratar en la industria de la moda porque una cosa es promover la
belleza femenina y el estilo, y otra muy diferente reducir la belleza a un único
estereotipo de cuerpo, poco saludable, que afecta la percepción de belleza de
las mujeres y adolescentes del mundo.
Incluso modelos
reconocidas, como Cara Delevingne y Kate Moss, aseguran haber tenido problemas
de físicos y de baja autoestima en el mundo de la moda.
La belleza no es un
determinado tipo de cuerpo solamente, cada quien tiene características únicas y
hermosas. Así que en vez de preguntarnos ¿Qué está mal con mi cuerpo? Deberíamos
empezar a cuestionar ¿Qué está mal con la industria de la moda?