Hace años eran pocas las personas que contaban con diez
vestidos en su guarda ropa, hoy en día, la mayoría de las personas tiene un
armario lleno de ropa que no utilizan por completo.
La historia no termina ahí, porque son miles las personas
que salen a la calle a comprar ropa de última tendencia en las tiendas que
promocionan un nuevo tipo de moda, la “Moda Rápida”.
Hoy en día es fácil encontrar prendas que cuesten menos que
cualquier otra cosa que consumimos a diario. Es increíble lo poco que cuesta
una franela en comparación con lo que puede costar un almuerzo. Y aquí es
cuando la comparación no parecerá equivalente, pero lo sorpréndete es que el
precio de las prendas de la “Moda Rápida” no son equivalentes en ningún sentido
con su estilo de producción, y no hay nadie que se haga responsable por los
daños que esta moda está causando.
Los daños son impresionantes empezando por la contaminación y explotación de los recursos del medio ambiente
hasta el punto de que la industria textil es la segunda más contaminante, con
efectos muy graves sobre todo en el agua.
Los químicos que se utilizan en el proceso de elaboración
son dañinos y no desaparecen sino hasta unos 200 años después del desecho de la
prenda.
Por otro lado, como todo proceso industrial, lo que más importa es ganar dinero y que
todo lo que sea producido se haga masivamente, costando poco y entre más rápido
mejor.
La “Moda Rápida” no tiene tiempo ni dinero que quiera perder
por lo que han decidido fabricar en países como la India, Bangladés, Marruecos
donde el precio de la mano de obra y los derechos de los trabajadores quedan olvidados por las leyes de dichos países, dejándolos
a merced de sus contratistas.
Esa es la razón por la que la “Moda Rápida” no es fabricada
en ninguno de los países donde sí se vende.
A más fabricación, menor
la calidad y la duración de las prendas.
Venden ropa desechable ya que la próxima semana tendrán otra
tendencia disponible en la tienda que querrán que compres, pero los daños de la
“Moda Rápida” perduran por muchos años más si no hacemos algo.
La decisión es tuya,
puedes convertirte en un consumidor consciente y ayudar a que se dé el cambio
que todos necesitamos.